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Microrrelatos con champagne: Una extraña frase

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“Camo & Krooked, Move Around (Uppermost Remix)”

Ahora tocaba un poco de acción, pues no iba a pasarme todas las noches en la luna. Puse rumbo a esa otra realidad en la que la luz se ve sólo de fondo, en forma de haz de dos líneas convergentes que se hacen más grandes cuanto más te acercas, y que no se pierden en ningún momento del trayecto por mucha que sea la velocidad a la que viajemos. Aparecí en lo alto de un edificio desde donde casi no se veía el suelo, y me preguntaba si no me habría equivocado de lugar, pues no parecía ser el tipo de lugar que me había imaginado. Bajé de un salto, como si la gravedad no fuera un problema, y una vez pies sobre seguro seguí mi camino andando, pues era a lo que estaba acostumbrado. Mi búsqueda había comenzado, y es que ahora aquella se había convertido en mi nueva realidad, aunque ya no las diferenciara. No sabía qué había ido a hacer allí, y era difícil descubrirlo en un nuevo mundo en el que hasta las leyes de la física parecían no seguir las normas habituales, pues ni os digo las de la biología. Pasadas unas cuantas de mis horas, aunque fueran muchos años en la vida de aquellas personas, todavía no había hablado con nadie; no había tenido la oportunidad, pues parecía como si no pudieran verme, ni si quiera oírme. Intentaba las maneras de enviar una señal, pero no daba resultado. De repente, a mi derecha, una pared borrosa al final de un callejón parecía querer decirme algo; mi sistema nervioso se activó dándome a entender que toda precaución era insuficiente, y mis sentidos se agudizaron para no dejar escapar un solo estímulo en aquel ambiente que pudiera darme las pistas necesarias, bien para continuar, bien para salir corriendo, pues no podría deciros ni el cómo ni el por qué pero cuando había problemas siempre me despertaba en un lugar a salvo; mi sistema había sabido evolucionar hasta llegar a situarse constantemente unas cuantas soluciones por delante del problema, y se autoactualizaba, aunque nunca me avisaba. Al final del callejón no había nada: ni una puerta, ni ventanas, escaleras, absolutamente nada; quizás hubiera sido mi memoria que todavía estaba en proceso de adaptación, y mezclaba dos recuerdos a destiempo haciendo que ciertas cosas parecieran alteradas. Entonces me di la vuelta, pues allí no había salida. Al girarme vi algo que no recordaba en la escena anterior, pero que ahora aparecía de forma que se leía claramente una frase escrita en una de las paredes laterales: « Tenias miedo al entrar, pero te vas tranquilo. No has perdido el tiempo, has seguido tu destino ». Nunca supe quien fue el autor de aquel mensaje ni el por qué de su interés en que lo leyera, pero lo entendí a la perfección. Aquella noche iba a ser muy larga, por lo que seguí mi búsqueda sabiendo que no siempre podía acabar la historia con una botella de champagne, pues seguramente no me quedarían fuerzas. Pero habría más oportunidades, en ese mundo aquellos seres parecían no tener final. Parecía una realidad diferente al resto.

Artículo escrito por Thinking Lola

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