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Los tres olores del vino

Un olor es todo aquello que podemos sentir por olfacción directa, como cuando acercamos la nariz a la copa para intentar adivinar “a que huele” ese vino que nos acaban de servir. Por otro lado, un aroma es todo aquello que podemos sentir en boca una vez que lo bebemos por lo que ambos términos quedan bien diferenciados.

Una vez dicho esto y, aunque realmente existan cientos de olores diferentes, todos ellos podemos agruparlos en tres grupos según su procedencia por ser propios de la uva o adquiridos en algún momento en el proceso de elaboración del vino. Estos son:

Olores primarios: son los propios del tipo de uva, del suelo, de las temperaturas o las lluvias de cada añada, etc. Son los que caracterizan a los vinos más jóvenes, destacados por intensas notas frutales, florales, vegetales, e incluso notas minerales o especiadas.

Olores secundarios: son los que se han desarrollado gracias a las fermentaciones alcohólica y maloláctica, y dependen sobre todo del tipo de levaduras o de la temperatura a la que tenga lugar el proceso. Suelen dar notas a pan brioche o pastelería que en algunos casos pueden llegar a ser muy intensas.

Olores terciarios: son los que han aparecido tras el paso del vino por la barrica, o debido a su envejecimiento en botella. Entre ellos destacan las notas a madera, cuero, torrefacción, notas ahumadas, fruta madura, etc., características de los vinos más viejos.

Por esta razón podremos entender que una uva chardonnay de la región de Champagne no tenga las mismas características que una cultivada en Cataluña, ni esta última las mismas características que el mismo tipo de uva cultivado en California, por ejemplo, aunque todas ellas sean de la cepa chardonnay. Incluso dentro de una misma región existen parcelas seleccionadas y tipificadas como de “calidad superior”, lo que da a los vinos el derecho a la denominación Grand Cru, proporcionándoles renombre y valor de mercado a la vez que una seguridad a sus consumidores sobre su calidad.

Ahora ya sabes por qué no hay dos vinos iguales, esperamos que no dejéis de seguirnos porque seguiremos enseñando con la ilusión del que siempre aprende, ¡hasta la próxima!

Artículo escrito por Thinking Lola

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