Microrrelatos sin champagne: Arte y Ciencia

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“Cloves, Don’t Forget About Me”

Era perfección divina. Se movía lentamente reproduciendo círculos exactos con su brazo, a velocidad y diámetro constantes; era matemática. Y giraba la cabeza, siempre con los ojos cerrados, a la vez que inclinaba el tronco y pivotaba apoyándose sobre la punta de su pie derecho, que marcaba un eje sobre el que se desplazaba el universo, como las agujas del reloj. Y era el corazón el que aceleraba el cuerpo, y no al contrario, e intercambiaba oxígeno sin que nadie lo apreciara; pero todo seguía un orden, siempre el mismo.

¿Qué es el arte? Se preguntaba, y se esforzaba por introducir patrones aleatorios que ni ella misma predecía, pero no se daba cuenta de que también eso era matemática. ¿Que es la ciencia? Cada vez que respiraba hacía variar la dirección de un haz de luz cercano, que más variaba cuanto más cercano era, para esquivarla y acabar llegando a su destino.

La ciencia es arte, y el arte es ciencia. La música es arte, luego la música es ciencia. La física es ciencia, y también la matemática. Pero además la biología es ciencia, y la danza es arte; la pintura, y la escritura. El sexo. La escultura es arte, pero también es ciencia. ¿Y la belleza? La belleza es el resultado de lo perfecto, de lo simétrico, de lo cíclico, de lo infinito; pero también de lo aleatorio, de lo inesperado, de lo improbable. Y que bello es vivir viviendo, sabiendo que la perfección no tiene fin. Sabiendo que hay un cero relativo, y que lo negativo no siempre indica un cambio de dirección, sino la continuación en el camino.

¿Y qué es la fe? Yo diría que el saber de la tendencia a la compensación de los valores aleatorios, cuya media se aproxima siempre a cero cuanto más lejano el universo. Seguramente tenga que ver con el arte, con la ciencia, y también con la belleza. Seguramente desconozcamos la teoría del todo, pero estoy seguro de que existe.

Microrrelato escrito por Thinking Lola