Ostras con burbujas: una brillante idea

En unas fechas como las que se acercan y siendo el marisco uno de los productos estrella de la navidad y de las últimas fiestas del año, no podemos pasar por alto al maridaje por excelencia del Champagne: las ostras. Con un sabor marino bien definido, yodadas, salinas y muy minerales, y con una textura bastante particular, este producto puede no agradar a todos los paladares, pero son una bendición para sus adeptos que, de no existir, tendrían que buscar hasta dar con ellas.

Si nos diéramos un paseo por la costa atlántica francesa tardaríamos poco en darnos cuenta de que son un producto muy presente en la gastronomía de los pueblos más costeros, diferenciándose incluso varios tipos de ostras como las de la Isla de Noirmoutier, las de la Isla de Oleron o las del Bassin d’Arcachon, entre otras. En estas zonas se suelen acompañar de una preparación de vinagre de vino tinto y chalota picada, servida en un recipiente aparte para que cada comensal las aliñe al gusto.

Pero no sólo se pueden acompañar de un Champagne, sino también de un buen Crémant o de cualquier otro vino espumoso, blanco o rosado con unas características marcadamente minerales, aunque esto es cuestión de preferencias.

Para nosotros el tipo de uva que mejor cumple con los requisitos de este maridaje es sin duda el Chardonnay, típico sobre todo de las regiones de Champagne, Borgoña y Valle del Loira, aunque también lo encontramos en otras regiones de este país así como en el extranjero, habiéndose ganado el primer puesto mundial en términos de calidad.

Por ello recomendamos acompañar las ostras de un vino con un alto porcentaje de esta variedad de uva o incluso producido exclusivamente a partir de ella y con el que, casi con total seguridad, disfrutaréis de la comida más que niños en la arena.

Esperamos que después de haber probado esta excelente combinación se la recomiendes a tus amigos, ¡no dejes de seguirnos en Thinking Lola!

Artículo escrito por Thinking Lola.