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Postres caseros: Macarons

Compuestos originalmente por una pasta de almendras, azúcar y yema de huevo, se dice que aparecieron hacia el siglo VIII en monasterios de Venecia, Italia, donde el tradicional macaron constaba sólo de una de las dos partes que hoy conocemos. También hay quien afirma que fue creado en el año 791 en un convento situado cerca de Cormery, en Francia, aunque su verdadero nacimiento sigue siendo desconocido. En el año 1581 Catalina de Médici, una noble italiana convertida en reina tras su matrimonio con Enrique II de Francia, pidió que formaran parte del menú en la boda del duque de Joyeuse conociéndose así por primera vez en este país, según algunas versiones, y en el que fueron todo un éxito. Pero el que conocemos en la actualidad, el macaron de Gerbert, fue creado en los años 1880 en el barrio parisino de Belleville. Posteriormente fue la casa Ladurée, situada actualmente en los Campos Elíseos de París, quien a mediados del siglo XX añadió el color a la receta diferenciándolos así en función de su sabor. Su elaboración es bastante complicada así que os la explicaremos paso a paso; necesitaremos:

Ingredientes

  • 150 gr de almendra molida
  • 300 gr de azúcar glas
  • 150 gr de claras de huevo
  • 50 gr de azúcar blanca
  • Colorante rojo en gel

Preparación

  • Precalentar el horno a 150º.
  • Molemos la almendra muy fina de forma que parezca harina, o bien compramos harina de almendra.
  • En un recipiente tamizamos varias veces la almendra molida con el azúcar glas.
  • En otro recipiente batimos las claras de huevo hasta que salga espuma, añadimos poco a poco el azúcar blanco y seguimos batiendo.
  • Cuando estén casi montadas añadimos un poco de colorante en gel y terminamos de montar.
  • Punto crítico: añadimos la mitad de la almendra con el azúcar glas y, con la ayuda de una espátula, vamos removiendo. Lo normal llegados a este punto es que las claras empiecen a bajarse, pero no tenéis que preocuparos.
  • Cuando esté bien mezclado añadimos la otra mitad de la almendra y seguimos removiendo hasta que también se mezcle. La masa no debe estar demasiado líquida así que debemos parar cuando sea homogénea pero todavía espesa.
  • Después la pasamos a una manga pastelera y verteremos la masa sobre un molde de macarons.
  • Ponemos el molde sobre una bandeja de horno y le damos unos ligeros golpecitos por la parte inferior para que salgan a la superficie las burbujas que se hayan podido formar.
  • Dejamos secar a temperatura ambiente hasta que la capa de arriba quede seca y lisa, pudiendo variar de media a varias horas en función del ambiente.
  • Una vez secos, los metemos al horno ya caliente a 150º durante unos 15 minutos controlando que no se quemen.
  • Estarán hechos cuando la base pueda despegarse del molde.
  • Sacamos y dejamos enfriar, pero no los despegamos hasta que no se enfríen del todo.
  • Cuando los despeguemos, aplicamos el relleno de los macarons sobre su base y juntamos las dos partes.
  • Hay que tener en cuenta que obtendremos la mitad de macarons que de “medias partes” habíamos puesto en el molde.
  • Para decorar se puede espolvorear un poco de azúcar glas por encima.

Con esta receta os saldrán unos 20 macarons; como hemos dicho antes es bastante complicada de hacer y requiere mucha práctica, pero no hay nada imposible así que no problem. Pueden rellenarse con una infinidad de opciones, aunque lo más práctico para hacer en casa son mermeladas de diferentes sabores o incluso chocolate.

Ahora toca practicar así que no os preocupéis si después de varias veces siguen sin saliros bien, ¡no seréis los únicos!

Artículo escrito por Thinking Lola

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